¡Muy buenas a todos!
Recién llegado, me dispongo a aunar toda la información, fotos, vídeos, anécdotas, experiencias y aprendizajes para realizar esta review; la cual espero sirva de ayuda y como recuerdo de los momentos tan mágicos que hemos vivido mi chica y yo durante nuestro último viaje.
Para tenerlos como referencia y base para esta review, allá van unos cuántos...
Datos generales
Fecha: del 15 al 18 de mayo de 2013 - 3 noches / 4 días.
Tiempo: Parcialmente nublado. Sin lluvia a excepción del sábado 18. Max.: 18º Min.: 7º
Alojamiento: Disney's Sequoia Lodge *** en habitaciones montana, primera planta; durante toda la estancia.
Régimen: Oferta "comidas y cenas gratis" de El Corte Inglés (Semana mágica / febrero 2013) - 1 cupón "comida rápida" y 1 cupón "Media Pensión Plus" por pax/noche.
Aerolínea y aeropuerto: Air Europa / Orly.
Traslados: VEA para la ida e Iris Shuttle para la vuelta.
Número de personas: 2 adultos.
Restaurantes visitados: Hunter's Grill (desayuno y cena), Walt's - An American Restaurant (cena), Blue Lagoon (cena), Agrabah Café (comida), Pizzeria Bella Notte (comida), Blockbuster Café (comida), Plaza Gardens Restaurant (desayuno parque), Golden Forest Lounge (desayuno con personajes en hotel).
Cámaras de foto y vídeo: iPhone 5, Canon EOS 400D, GoPro Hero3 Black Edition.
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Día 1: 15 de mayo de 2013 - ¡¡Nos vamos!!
Nuestro vuelo salía a las 7:30 de la mañana desde el aeropuerto de Barajas, dirección Orly. Nos levantamos a eso de las 5 de la mañana y ni que decir tiene que esa noche habíamos dormido apenas unas horas. Con todo y eso, el cansancio tardó en aparecer este primer día. ¡No hay nada como un subidón de magia para aguantar lo que sea!
Como habíamos reservado desde agencia, volábamos con Air europa y teníamos localizador AMADEUS, reservamos nuestros asientos con meses de antelación y ya teníamos las tarjetas de embarque desde hacía dos días. Por todo ello nos evitamos colas y trámites en la facturación de nuestros equipajes. Todo rápido y casi "de manual". Sin duda, empezaba bien la mañana.
Mucha gente no sabe que puede reservar sus asientos desde el mimo momento de la reserva de sus vuelos (siempre que cuenten con localizador AMADEUS ya que el localizador de vuelo no sirve para este trámite). De hecho es información que a nosotros, por ejemplo y como supongo que a muchos otros, no nos facilitaron desde la agencia. Al tener con "tanta" antelación los vuelos y poder reservar asiento desde ese instante, pudimos elegir la fila y lado que quisimos. Volábamos en un clásico Boing 737-800 en su versión Winglets (el de las alas bonitas); y como soy un apasionado de la aeronáutica, no dudé en elegir el lado derecho (del avión, no según vamos por el pasillo del mismo) para disfrutar de las vistas a París durante la aproximación al aeropuerto de Orly (según la pista activa esto cambia pero es el lado que más probabilidades tiene) y en la fila 23 para disponer de doble ventanilla. ¡Y así fue! Pudimos divisar en la distancia parte de los monumentos parisinos y disfrutar de los cultivos de la campiña francesa.
Sin embargo no todo fue tan bonito. El vuelo salió con 40 minutos de retraso ya que alguien facturó dos maletas y luego no se presentó para embarcar. Esto produjo que tuvieran que buscar las maletas en las bodegas para sacarlas del avión. El comandante alegó razones de seguridad; las cuales no niego, pero creo que es más por evitar trámites y reclamaciones posteriores. Si fuera por seguridad y por unas maletas ya en el avión... ¡vaya seguridad aeroportuaria que tenemos en los controles de acceso de Barajas!
Por otro lado y como es lógico al ser festivo y casi puente en Madrid, nuestro avión estaba lleno de familias con niños que iban a nuestro mismo destino. ¡Era genial verles con cara dedormiditos pero súperilusionados! No lo fue tanto durante el despegue, la primera hora de vuelo y el posterior aterrizaje. ¡Nunca escuché a tanto niño gritar y llorar al unísono! Bueno sí, durante el vuelo de vuelta... pero eso es para más adelante.
El vuelo duró 20 minutos menos de lo previsto por lo que recuperamos algo del tiempo perdido a la salida. El aterrizaje fue algo brusco por el viento lateral que había a esa hora, pero lo disfrutamos viendo como los flaps y aerofrenos actuaban en tiempo y forma. Sin embargo, tuvimos algo de jaleo para recuperar nuestras maletas.
Ya habíamos estado en Orly durante nuetro último viaje a Paris en noviembre del 2012; pero en aquella ocasión volábamos con Iberia y la zona del aeropuerto era distinta. Uno hace bien en pensar que este hecho da igual, pero no fue así. Desconozco nuestro retraso afectó a la puerta asignada, pero el caso es que tuvimos que salir de la zona de llegadas por una puerta de "no retorno" (solo se abre desde el interior evitando el paso desde fuera), pasar por la zona de embarque, bajar unas escaleras y adentrarnos en una sala de cintas donde todo el mundo tenía acceso... para recoger nuestras maletas. Puede que me equivoque, pero entre que nos costó encontrar el sitio y que las cintas son accesibles a todo hijo de vecino... cualquiera podría habérselas llevado. El caso es que no fue así y tras el susto iicial, recogimos nuestras pertenencias y salimos en busca de la parada del VEA, a muy pcos metros hacia la derecha de nuestra puerta de salida.
Elegimos hacer el traslado en VEA por vivir una nueva experiencia, por probarlo y porque nos salía mejor de precio para los dos que un traslado privado de ida y vuelta. Para la vuelta, por seguridad nuestra y por aprovechar más tiempo en Disneyland, contratamos los servicios de Iris Shuttle.
Hubo un poco de jaleo en la cola porque el VEA que vino no era de color amarillo y rojo que todos recordamos; sino que estaba revestido con publicidad de Royal Versailles Tour. Por más que les dije a los españoles de nuestra cola que aquí solo paran VEA y no otras líneas, que el logotipo de VEA aparece en el lateral del autobús y que pone Disneyland Paris en varios sitios del "decorado" autobús... muchos no me creyeron hasta que la fila ya estaba funcionando y con la mitad del pasaje dentro. Tuvieron que esperar al siguiente, y yo que lo sentí.
No había tráfico por lo que en poco más de 40 minutos ya estábamos en el Sequoia Lodge habiendo pasado previamente por el imponente Newport Bay Club. Nos gustó mucho que el conductor supiera castellano, francés e inglés y que repitiera en todos esos idiomas sus explicaciones sobre las zonas interesantes por las que íbamos pasando. "Si se fijan a la izquierda podemos ver la Torre Eiffel que se construyó en 1889 para la exposición universal de ese año en París". Eso y que nos ofreciera botellas de agua a 1€ "porque en el parque cuestan 3", hizo que tengamos un buen recuerdo de nuestra ida.
El autobús nos dejó en la puerta del hotel. Recogimos nuestras maletas, las pasamos por el control de RX y accedimos al mostrador de registros (Check in Desk). Llegamos a eso de las 11:15 y nos encontramos con una veintena de personas delante nuestra. La espera no fue para nada larga y disfrutamos del impresionante hall del hotel.
Había un CM dando los formularios de entrada, el sobre personal con las reservas y dirigiendo la fila hacia el mostrador donde había otras 5 personas atendiendo a los recién llegados. Cabe destacar que las personas que nos atendieron hablaban bastante bien español por lo que aprovechamos la oportunidad y nos sentimos más cómodos.
El registro nos lo hizo una CM francesa muy maja a la par de joven. Atendió todas nuestras dudas y nos explicó muy atentamente todo aquello que desconocíamos. A la hora de elegir nuestro turno de desayunos, tuvimos la primera de nuestras sorpresas: de los tres desayunos que haríamos en el resort, ¡los tres fueron diferentes! Sabíamos que teníamos la oportunidad de desayunar en el parque durante las EMH y en el hotel... lo que no esperábamos es que nos dieron la oportunidad de "estrenar" el Golden Forest Lounge (reservado para las habitaciones Golden Forest) en un desayuno con personajes sin coste adicional alguno. La hora no era la mejor del mundo (de 9:00 a 10:30h) pero no podíamos desaprovechar la ocasión. Supongo que como son habitaciones y servicios muy recientes, aprovechan estos desayunos para promocionarlos. De esta forma, acordamos que nuestro primer desayuno lo haríamos con personajes, el segundo en el parque y el último en el hotel para dejar las maletas ya preparadas para el regreso desde el primer momento.
Tras esta primera (y gratísima sorpresa), nos llegó una más. ¡Nuestra habitación ya estaba limpia y lista para entrar! No teníamos que esperar hasta las 15:00h. para dejar las maletas. En un primer momento dudamos si entrar ya o ir directamente a los parques... pero fue la excusa perfecta para ir saboreando cada momento y situación. No en vano, era la primera visita a la magia de mi chica y mi primera vez en un hotel Disney.
Pero tras dos sorpresas geniales llegó nuestro primer susto. Le dijimos a la CM que teníamos reservas de restaurantes pedidas por teléfono hacía más de mes y medio. "¡Perfecto!" -dijo- "Voy a buscarlas para confirmarlas". Tras unos segundos meditando y peleándose con la pantalla, me preguntó si las reservas estaban a mi nombre o al de otra persona. "No, no. A mi nombre", afirmé. "Pues no me aparece ninguna reserva con su nombre. Voy a volver a reservar de nuevo a ver si hay plazas libres."
Nuestra desilusión, como podeis entender, fue grande; aunque no pasaría nada si pudiéramos reservar de nuevo. ¿La realidad? Pues que no pudo ser. Estaba todo reservado para los restaurantes, días y horas que teníamos en mente. La chica nos dijo que lo sentía mucho y que habláramos con la Conciergerie o con Guests Relations para ver si nos podían ayudar. Y así lo hicimos antes de bajar a nuestra habitación. Sí, bajar; ya que nos dieron una habitación en el edificio principal pero en la primera planta.
Tras darle las gracias por la atención recibida, nos dispusimos a recorrer los escasos metros que separan el mostrador de entrada con el de conserjería para tratar de apañar nuestras reservas gastronómicas. Nos atendieron dos personas en perfecto español, lo cual ayudó mucho para explicar nuestra situación. Tras varias búsquedas en el sistema, uno de los CM dijo "¡Ahhhhh! ¡Ya sé lo que ha pasado! ¡Han apuntado mal tu nombre!" ¡Ya decía yo! No podía ser que las reservas no estuvieran hechas, ¡esto es Disney! - pensé para mí. Y efectivamente, tras descubrir el error; modificamos mi nombre en todas las reservas de la estancia y nos dieron los papelitos para cada una de ellas.
Así pues, primera lección aprendida: deletrear el nombre a la hora de hacer las reservas. jajajaja Lo que ocurrió exactamente es que mi apellido contiene una S y el chico francés que nos atendió por teléfono en su idioma natal, lo apuntó con Z. Es un error "tontuno", pero lo suficiente grande como para que el sistema no encuentre las reservas asociadas. Además, como no apuntan el nombre sino solo el apellido y las reservas estaban completas, detectar el error conllevó más tiempo. Pero bueno, lo teníamos solucionado y disfrutaríamos de los restaurantes cuándo y cómo queríamos. ¡Genial!
Llegamos al hall de ascensores y pulsamos el piso 1. Bajamos y a pocos metros del mismo nos encontramos con la puerta de nuestra habitación. Por supuesto, reformada, limpísima, con Bambi, Tambor y Flor como protagonistas y con una cama king size como hice constar como preferencia con la agencia. No estoy seguro de si fueron ellos los que tramitaron mi solicitud o solo fue suerte (desconozco la "mano" que tiene ECI en este sentido), pero pudimos disfrutar de lo que queríamos.
A mi chica no le conté ninguno de los detalles que suelen tener en las habitaciones. Al menos eso es lo que leí en su momento buscando información sobre nuestro hotel. Mi sorpresa es que no hubo ninguno de ellos... jajajaja Ni monedas de chocolate, ni botella de agua. Bueno, quizá ya no tengan esos detalles. A ver si con la tele tenemos más suerte. "Enciende la televisión a ver qué sale", le dije a mi chica con esperanzas de ver la pantalla de bienvenida con mi nombre. ¡Pues ni por esas! Canal Disneyland en alemán. jajajaja Supongo que el tener la habitación "tan rápido" hace que no puedas disfrutar de todos esos detallitos que hacen tanta ilusión.
Tras inspeccionar las vistas desde nuestra ventana... pocas... jajaja y el resto de la habitación (que nos encantó); dejamos las maletas, cogimos las entradas, los bonos de CR (cenaríamos en el hotel por lo que dejamos los MP+ en la caja fuerte), algún enser personal más... ¡y para los parques!
Como estaríamos 3 noches y 4 días allí, desde el primer instante nos dijimos que disfrutaríamos de todo lo que viéramos, de cada detalle, momento... ¡de nosotros! Este era nuestro viaje soñado y se había hecho realidad. Nos prometimos ir sin prisas pero sin pausas y que compartiríamos cada cosa que nos llamase la atención. No queríamos correr, era nuestro momento y queríamos disfrutarlo al máximo. Así pues, lo primero que hicimos al dejar la habitación fue visitar las instalaciones del hotel, pasando por la tienda del mismo. ¡Qué pasada de sitio! Además, como ya rozábamos las 12:30h, todo estaba la mar de tranquilo y sin gente. Allí hicimos las primeras compras e hicimos un repaso de lo que teníamos intención de comprar en los días venideros. Y es que, en los meses anteriores al viaje, habíamos visitado en varias ocasiones la Disney Store Online y divisado varias cosas de nuestro interés para adquirir allí en Disneyland.
Queríamos comprar, y así lo hicimos, el libro de autógrafos del 20 Aniversario que tiene la opción de guardar las fotos. ¡Hecho! Como usamos la opción del Hotel Easy Pass con nuestra tarjeta de crédito, también íbamos con la idea de coger un lanyard con "tarjetero" para así llevar la documentación, las entradas, el Hotel Easy Pass y demás. Bueno, pues ni entraba todo ni el tamaño de las entradas que nos dieron ni el Easy Pass eran suceptibles de meterse ahí en condiones normales. Por supuesto, de los cupones ni hablamos. No nos gustó finalmente la idea y no lo llevamos; preferimos llevarnos un monederito que traíamos de casa. No estaría mal, y así lo dejé expresado en la encuesta del último día, que el Easy Pass tuviera el mismo tamaño. Sería más fácil de conservar y transportar.
Tras todo ello, salimos por la "puerta trasera" del hotel encontrándonos con un día mayormente soleado (aunque con nubes pasajeras que ocultaban el sol en ocasiones) y con unas vistas del lago y el PanoraMagique estupendas. ¡Nuestra aventura empezaba! Estos primeros momentos fueron realmente mágico. Estábamos muy emocionados y las primeras impresiones de mi chica fueron grabadas en mi retina y corazón. Besos, abrazos, saltos y lloros. Increible e inolvidable. Posiblemente irrepetible.
Hicimos nuestras primeras fotos y nuestros primeros vídeos. Aprovechando que teníamos la GoPro (cámara de vídeo HD con lente de "ojo de pez"), grabamos nuestro paseo por el lago, el Village y la entrada de nuestro hotel para grabarlo e ir explicando lo que veíamos. ¡Era como de un Madrileños por el mundo en primera persona! jajajajaja La gente se nos quedaba mirando con cara alucinada... pero tenemos más de 3 horas repartidas en 95 vídeos que nos recordarán nuestro primer viaje de una forma muy especial durante toda nuestra vida. Por notarse se nota hasta nuestra emoción y alegría al contar las cosas que íbamos descubriendo. Para nosotros fue un acierto llevarla y toda una sorpresa ver lo bien que graba. Tengo que ver la manera de qué y cómo subir algún vídeo para compartir con todos vosotros esos sentimientos. Todo ello, claro está, sin "invadir" demasiado nuestro espacio íntimo y personal. ¡Y esta primera parte va cargada de ello!
Según íbamos paseando por el lago, nos detuvimos frente al hotel NY. Nos encantó por fuera; y aunque no lo visitamos por dentro, decidimos que nuestro próximo viaje sería allí.
A pocos metros del NY se encuentra la entrada a Disney Village y su consiguiente control de accesos y mochilas. Tras pasarlo nos quedamos encandilados con las vistas del lago, con nuestro hotel de fondo y el Earl of Sandwich, Rainforest Café y Café Mickey dándonos la bienvenida. Nos sorprendió ver en obras la tienda Disney que hay justo al lado (en su parte izquierda) del Sports Bar. Quizá sea el emplazamiento de la futura (y según rumores cercana) LEGO Store; o quizá no. Ni idea.
Recorrimos el Village parándonos un par de veces pero con las ganas de llegar a World of Disney y saludar personalmente a Mickey y Minnie en sus pedestales de piedra. Ambos lo sabíamos; nos miramos un instante y cuando lo divisamos en la parte izquierda del camino... sin decirmos nada... ¡nos echamos una carrera a ver quién llegaba antes! jajajaja Estas son als cosas que me hacen feliz de verdad. Esa conexión única, con una persona única y en un entorno único. Esa es parte de la magia que nuestro querido mentor Walt nos dejó como legado.
Tras las consiguientes fotografías nos adentramos hacia Disneyland Park, dejándonos sorprender por la magestuosidad del Hotel, su reloj y sus jardines. A Sara le encantó encontrarse de frente con algo que había visto en miles de fotos y que me había oído describir en multitud de ocasiones. "¡Es mucho más bonito de lo que me esperaba!" A pesar de ser relativamente tarde, había bastante ajetreo en esta primera zona. Al ver esto así, mi chica pensó que habría muchísima gente estaría dentro del parque. Traté de tranquilizarla y le dije: esto son 4 personas, ya verás como tenemos suerte y no encontramos demasiada gente dentro; tu relájate y disfruta.
Y así fue. Os puedo adelantar que de todos los días sólo encontramos colas el último; por ser sábado y el lunes siguiente festivo en Francia. Pudimos disfrutar del resort el miércoles, jueves y viernes sin ningún problema. De hecho, para que os hagáis una idea, el día que más cola hicimos fue el viernes en el "Meet Mickey" esperando algo menos de 25 minutos. El resto de atracciones y días, no más de 5m... a excepción de Peter Pan, Crash's Coaster y Big Thunder Mountain que nos llegó poco menos de 15m. poder disfrutarlas. ¡Ya me contaréis! Eso sí, el sábado la cosa cambió. A ojo de buen cubero, facilmente podríamos decir que hubo un 300% más de asistencia.
Sigamos. No hizo falta acudir hacia el vomitorio de la derecha para pasar puesto que no había cola en la entrada. Así pues, aprovechamos para ir de frente por la entrada central y disfrutar del pasillo, las vistas y el recibimiento del logo del 20th Anniversary. En mi primera visita, 16 años atrás, recuerdo cómo me impresionó esta primera visión del parque. No fue menos sobrecogedora para Sara. El City Hall a la derecha luce impresionante esa mañana y llegamos justo a tiempo para deleitarnos con la música en directo de la banda que se coloca en el centro de la plaza. Sin lugar a duda, el ambiente, la música, el atuendo de los CMs y el olor tan especial de esa mañana fueron la mejor de las bienvenidas. Por más que intentes explicar lo sentido, visto y vivido... es imposible; esa sensación hay que disfrutarla en directo y en primera persona.
Tras entraren ambiente, hacer unas cuantas fotos y vídeos, enfilamos Main Street U.S.A. hacia el castillo de la Bella Duermiente. Durante nuestro caminar, por el centro, pausado y mirando siempre a ambos lados disfrutando de lo muchísimo que esta calle nos brinda; empezamos a oir mucho jaleo, ruido de disparos de cámara de fotos... que se iba acercando por detrás hacia nosotros. Nos dimos la vuelta y descubrimos con sorpresa que nos sobrevenía una marabunta de 5 cámaras de TV y una decena de fotógrafos rodeando a una veintena de personas. Les dejamos pasar (a riesgo de que nos atropellaran...
) y descubrimos que ahí estaban todos y cada uno de los pilotos de MotoGP ya que ese fin de semana se disputaría el Gran Premio de Francia. ¡Pudimos saludar a Jorge Lorenzo! Y aunque no somos muy aficionados al muno de las dos ruedas de competición, fue una anécdota más para nuestro viaje.
Visitamos en primer lugar el castillo por dentro y bajamos hasta la guarida del dragón. A Sara le encantó y le sorprendió el movimiento del animatronic. ¡Y tiene 20 años! le dije. "Imagínate con la tecnología que nos sorprenderán en un futuro y en otras atracciones más modernas". Tengo que decir que el sonido de la caverna me decepcionó. Si bien es cierto que el movimiento es impresionante (¡esos ojos!) y que la iluminación ayuda a meterte en ambiente... nuestro querido dragón no echaba humo y mi iPhone tiene más volumen que sus rugidos. Son muchos años desde mi última visita en el 2002, pero guardo el recuerdo (quizá infundido¿?) de verle entre humo nasal y aterrorizándonos con amenazantes sonidos guturales.
Aunque fueran cerca de las 14:00 y nos habíamos despertado a las 5:00, no teníamos hambre para comer. En un primer momento pensé que mejor porque a esa hora los restaurantes deberían estar a tope... pero al mirar a mi al rededor y comprobar que no había demasiada gente, me despreocupé de los horarios por completo. Al salir del castillo nos encontramos con los personajes y el tren del desfile del 20 aniversario. Tratamos de hacernos una foto con nuestro personaje favorito: Goofy, ataviado para la ocasión. A pesar de estar "los segundos en la fila" porque nos lo encontramos literalmente andando hacia nosotros... fue imposible hacernos una foto con él.
Fue aquí donde aprendimos la segunda lección del viaje: "agáchate, si no, el personaje no te verá y tenderá a recoger a los niños antes que a ti". Y es que reconozco que nos decepcionamos un poco con nuestro primer encuentro. Es muy frustrante dejar espacio a Goofy y a la persona que se está haciendo una foto con él, estar en primera fila y ver cómo los padres, literalmente, te empujan para poner a sus hijos delante tuya. Sí, sí, a empujones. "Corre Raquel, hazte una foto con el perro" mientras el brazo de la mujer se mete bruscamente entre Sara y un servidor separándonos. Goofy trataba de tener espacio, separaba a los niños que iban corriendo hacia él, les decía que esperaran y él les iba eligiendo. Como decía al principio, entre que ya tienes a 20 niños adelantándote por todos lados, a sus padres jaleando detrás tuya y a objetivos de cámaras que te van rozando la oreja... si no te agachas... Goofy nunca te verá y por tanto nunca te elegirá para poder saludarle. Así pues, lo dimos por imposible y algo desaltendos continuamos con nuestra visita.
Sara tenía ilusión de comer en la Bella Notte, situada en Fantasyland; pero también quería visitar Phanton Manor como primera atracción. Esto fue así porque siempre le he contado que esa fue la primera atracción que me disfruté en DLRP en mi primera visita de adolescente. Quería que su primera atracción también fuera esa.
Y así lo hicimos. Nos acercamos por la puerta lateral de Frontierland, pasando primeramente por la de Adventureland y encaminamos el sendero hacia la mansión.No había cola; tan solo la de acceso al primer hall. A los pocos minutos la abrieron y ya estábamos dentro. Me sigue impresionando la cantidad de detalles que hay en los accesos a las atracciones. ¡Es increíble! Como éramos pocos visitantes en ese turno, tuvimos la oportunidad de andar y disfrutar de los cuadros y decoraciones mientras nos adelantaba el resto. No nos importó, al contrario. Poder deleitarte con cada copa, silla, mesa y telaraña... no tiene precio.
La atracción en sí, como siempre: espectacular. Es una de mis favoritas a pesar de ser una de las que más solera tienen. A Sara le encantó y en ese momento se dió cuenta de la calidad, detalle y mimo que Disney pone en cada cosa que hace. Sólo un pequeño detalle llamó mi atención. No sé si estoy equivicado, pero creo recordar que casi al final del recorrido, cuando el sillón se pone delante de unos espejos, se veía el reflejo de un esqueleto abrazando el asiento. En esta ocasión no lo vimos, de hecho, el espejo solo sirvió para ver la cara de alucinados que teníamos. ¿Tengo un mal recuerdo o verdaderamente esa parte de la atracción sí que existe/existió?
Tras una visitilla a las tiendas de la zona, decidimos descansar un poco e ir a comer. Bordeamos el parque, atravesamos por Adventureland para que mi chica tuviera una primera vista de la zona y fuimos decididos a La Bella Notte. De los tres menús que ofertaban, yo me decanté por el de lasaña (o lasagna
) y Sara por el de pizza. Este último era un pelín más caro por lo que pagamos con dos cupones de CR más los 2€ de diferencia. Rápido, sencillo y sin gente en el restaurante. Nos gustó mucho la decoración que tiene y la comida, a pesar de ser uno de los últimos turnos de atención, deliciosa. Eché de menos algo de música de ambiente. Supongo que no debería funcionar porque no escuchamos nada durante todo el rato que estuvimos allí. Aun con todo y eso, lo disfrutamos muchísimo y nos hizo mucha gracia ver cómo los embalajes de la comida y bebida estaban decorados con motivos del aniversario. ¡A mi me dió la sensación de que estaba degustando comida del foro! jajajajaPara bajar la comida, decidimos ir a dar un paseo sin rumbo prefijado. Nuestro primer día allí era para hacernos a la idea de dónde estábamos y para irnos empapando de la magia Disney. En todo momento le preguntaba a Sara qué quería hacer y dónde quería ir: en este viaje ella era, como en mi vida, mi guía y leitmotiv. Decidió atravesar Fantasyland en dirección Adventureland y pararnos a tomar un café allá donde nos llamara más la atención. Ese café nunca llegó... en detrimento de las visitas a las tiendas que Sara quizo hacer. jajajaja Elegimos alguna cosa, apuntamos en la lista otras tantas y adquirimos aquellas que teníamos claras y que nos cupieran en las mochilas sin hacerlas demasiado pesadas.
Nos encantó esas horas paseando y tras un breve descanso, a mi chica le surgieron las ganas de montarse en algo. Vió los Piratas del Caribe y allí que fuimos. Teníamos reserva en el Blue Lagoon para más adelante; pero como era una especie de sorpresa para Sara, nunca le dije cómo era y dónde estaba el restaurante. Nunca olvidaré cuando, al pasar por la barca de la atracción por las mesas me dijo... ¡¡no me digas que vamos a cenar ahí!! jajajajaja Fue genial verla tan ilusionada. Eso sí, la ilusión por el restaurante pasó rápido ya que enseguida nos encontrábamos en las aguas del Mar Caribe. A la salida le enseñé la puerta del Blue Lagoon y le confirmé que sí, que iríamos a cenar allí el viernes. Todavía quedaban dos días y muchas cosas por ver y descubrir.
A esa hora de la tarde, tenía en mente disfrutar de la Cabaña de los Robinson y la Isla de la Aventura que pilla literalmente en frente de los Piratas del Caribe... pero Sara, imbuida en "fervor atraccioneril" dijo "¡¡Al Indiana Jones!!" jajajaja Dicho y hecho. De camino nos encontramos con una de las gratas sorpresas del viaje. ¡¡Baloo!! Junto a Goofy, es uno de mis personajes favoritos y creo que queda claro...
Junto a él estaba el inigualable Rey Louie que también aprovechamos la oportunidad para saludarle. En esta ocasión, con la lección ya aprendida, me agaché en frente de Baloo, esperé mi turno y con risas de por medio, me invitó a conocerle.
Tras los saludos, las firmas y las fotos continuamos con nuestro camino hacia el Templo del peligro de Indiana Jones donde disfrutamos del recorrido dos veces seguidas ya que no había apenas gente. En ese snetido y como ya he comentado, tuvimos mucha suerte ya que el parque, a excepción del sábado, no tenía demasiada afluencia de gente. Recuerdo que esta atracción la monté hacia atrás años ha, pero ahora se recorre hacia delante. Personalmente me gustaba más en sentido contrario ya que el looping te pillaba totalmente por sorpresa. Sin embargo, mi chica agradeció que esto ya no fuera así.
Con el subidón de la atracción, Sara quiso aprovecharlo e ir a probar Space Montain Mission 2. Nos encantó esta atracción; creo que se convirtió en una de nuestras favoritas. Recuerdo montar en la Misión 1 aunque no con mucho detalle. Lo que sí noté fue menos tambaleos que entonces... y eso que aún se notan bastante y terminas con las orejillas rojas... jajajaja Tuvimos la ocasión de mosntarnos tres veces, dos de ellas sin apearnos de nuestra nave interestelar.
Cuando tuvimos demasiado viaje espacial, aprovechamos para tomar algo en el Cable Car Bake Shop. ¡Altamente recomendable para una pausa cafetera y golosa! Tras reponer algo de fuerzas y descansar las piernas... era hora de posicionarnos cerca del Central Plaza y disfrutar de la cabalgata. ¡Vaya cabalgata! ¡Increíble! Nos gustó muchísimo y la disfrutamos como nicños pequeños. ¡Eso es genial! Nunca imaginé ver a mi chica tan emocionada, saludando, gritando y dando saltos para saludar a sus amigos Disney.
Cuando terminó, fuimos a visitar la Lili's Boutique. Teníamos en mente varias cosas que queríamos para nuestra futura casa. Lamentablemente algunas de ellas parecían muy delicadas y nos dió miedo traerlas en la maleta (aunque fuera la de mano). en nuestro próximo viaje iremos más preparados en ese sentido; ya no digo para embalarlos pero sí con algo de protección extra. Aún así, compramos varias cosillas; entre ellas un set de baño completo y algunas toallas. ¡Muy monas!
Esa tarde teníamos reserva para cenar en el bufé del hotel a las 21:30h. Lo hicimos así porque intuíamos que el primer día estaríamos cansadísimos y era la excusa perfecta para disfrutar un poco más de lo que el hotel podría ofrecernos y estar pronto en la cama. En un primer momento quisimos probar el Beaver Creek Tavern que ofrecía un plato principal a la carta y postres y entrantes a discrección ya que se servían en bufé. Además, sabíamos que desayunaríamos en el otro salón (Hunter's Grill) por lo que así visitaríamos los dos. Por desgracia, en las fechas en las que fuimos, éste se encontraba cerrado.
Hicimos el camino de regreso como con todo durante este primer día, con calma y disfrutando de tooooodo y muuuuucho que el paseo por el parque, Village y lago ofrece. El restaurante nos gustó bastante y la comida, si bien no era de primera categoría, no estaba para nada mal. Las bebidas también estaban incluidas por lo que en esa cena, no tuvimos que pagar por nada.
A esa hora ya estábamos rendidos por lo que nos dispusimos a ir a la habitación y descansar merecidamente tras un día muy intenso y largo.
**Por el momento tengo que dejarlo aquí. Actualizaré la entrada a la mayor brevedad posible e iré añadiendo post de los subsiguientes días. ¡Gracias por leer mi review!**
que cómo puede ser???? pos ni idea, pero es así...
