No sabes cuanto te entiendo! La gente no entiende que si eres adulto también puedes disfrutar en Disney. Ni entienden que tu llevas allí un rato largo de cola, para estar en 1a fila, como para que vengan a los 5 minutos de empezar y se quieran poner delante. Es que no, por eso no paso. Me topé yo con una mujer así en uno de mis viajes, y se enfado conmigo. Le dije que si quería la niña si podía ir delante mía (me llegaba a la altura del pecho). Pero la niña no quería estar separada de su madre, y después de 2 minutos esperando se volvió para tras. Y la madre toda indignada, insultándome en no se que idioma. Pero no, hay cosas por las que no paso. A mi no me importa que un niño pequeño, que no me tape por su altura, se ponga delante mía, porque yo voy a ver igual, pero no voy a dejar pasar toda la família y me voy a quedar yo atrás, sin ver nada.gumma escribió:Entiendo en cierta forma las críticas hacia la poca educación de algunas personas, lo que no acabo muy bien de entender es eso de que ese espectáculo, o cualquier otro en Disneyland, es para niños. A ver, yo voy a Disney CON mi hija pq las dos disfrutamos, no voy a Disney POR mi hija, con lo cual tengo todo el derecho del mundo de ponerme delante para disfrutar de un espectáculo, así que disculpad pero no, Disneyland no es un lugar para niños, es un lugar para disfrutar todo aquel que quiera y sienta la magia.
Me canso de tener que guerrear con muchas gente, en la cabalgata por deciros algo, que llegan cinco minutos antes y quieren que sus hijos estén delante y pretenden que yo, que llevo allí dos horas, me vaya para atrás. Pues lo siento, pero yo vivo la magia y quiero disfrutarla y no importa que tenga 42 años...
Espero no ofender a nadie, pero es lo que siento.
En otros espectáculos, como los que se hacen en la calle, el de Sticht de Navidad y otro parecido pero en el Studio (no recuerdo el nombre), en cambio fui yo que le dije a un par de niños, los padres de los cuales eran muy educados, si se querían poner delante, porque detrás no veían nada, y los oía medio quejarse. Y los padres encantados, no intentaron ponerse delante, y quitarme el sitio, al contrario me lo agradecieron. Hay de todo en la villa del señor. A mi no me importa ser amable, pero que la gente no se pase. Eso de que das la mano y te cogen el brazo, pues por eso no paso. A las buenas soy muy buenas, pero a las malas